Es mucho más común que un traductor cotice a sus clientes un precio por palabra que por hora. Sin embargo, la tarifa por ahora persiste en algunos casos. Hay diversas razones por las cuales los clientes, traductores y agencias de traducción prefieren el precio por palabra. La más importante es que los clientes pueden calcular más fehacientemente los costos. Es más difícil tener una idea de cuánto costará una traducción cuando solo se tiene como información un costo por hora, y no necesariamente, cuánto tiempo llevará finalizar la traducción. La tarifa por palabra es particularmente útil cuando se comparan costos entre traductores y es difícil evaluar el tiempo que llevará una traducción en comparación con el precio por hora.
Las tarifas por palabra también son un incentivo para que los traductores trabajen en forma rápida y eficiente, lo cual termina siendo también una ventaja para el cliente. Pero también beneficia al traductor que, en última instancia, puede ser más productivo y ganar más por su trabajo. Sin embargo, a pesar de las ventajas, está el otro lado de la moneda para los traductores. Algunos documentos pueden llevar más tiempo, debido a problemas de legibilidad o mayor nivel de dificultad del contenido. En estos casos, algunos traductores incluyen una tarifa específica para editar la cual suele ser por hora y no por palabra.
Una particularidad que los traductores novatos y los que comienzan a trabajar independientemente deben saber es la diferencia entre palabra fuente y palabra meta. La primera se refiere a un número de palabras en el documento original y, la segunda, a las palabras traducidas en el documento final. Diferentes agencias y traductores independientes pueden elegir una u otra pero es más conveniente para un cliente recibir un presupuesto basado en las palabras fuente. ¿Por qué? De esta manera, pueden saber el costo exacto antes de que se comience a traducir.
Lo último que se debe considerar cuando se preparan presupuestos es la tarifa por hora. No es poco común recibir un fax o versión escaneada de un documento que no se puede convertir fácilmente a texto. Esta opción es menos usual que la tarifa por palabra o por hora pero, en estos casos, puede ser acertada.
Sin embargo, cobrar por página difiere del precio por página que algunos traductores o agencias cobran, ya que, en ocasiones, se refiere a un número de palabras fijo (por ejemplo, 200 palabras por página). Por lo tanto, cuando negocias tus tarifas, es siempre importante aclarar a qué te refieres cuando cotizas «por página» (página física o número de palabras predeterminado) y «por palabra» (palabra fuente o meta).
La tarifa más conveniente para una traducción dependerá del tipo de trabajo que recibas.