Al igual que los profesionales como médicos y abogados ocasionalmente se enfrentan a dilemas éticos, los traductores y los intérpretes probablemente también afrontarán una variedad de dilemas éticos en la práctica de su profesión. Ciertos países han establecido códigos de conducta que establecen pautas para dilucidar problemas como los estándares de calidad, la imparcialidad y la confidencialidad. Sin embargo, las decisiones verdaderamente difíciles surgen cuando los lingüistas deben traducir un texto que se opone a sus propios estándares éticos personales.
Considere estas situaciones:
- Un traductor debe traducir la plataforma política de un partido político al cual el traductor se opone tenazmente.
- Un traductor con valores a favor de la vida debe tomar un proyecto de traducción sobre materiales educativos del aborto.
- Un traductor que está firmemente en contra de la crueldad animal debe traducir una copia publicitaria para una empresa del rubro de las pieles.
- Un traductor que se opone a las prácticas comerciales de XYZ Corporation debe traducir información sobre una de las líneas de productos de la empresa.
El papel del traductor es pasar objetivamente el mensaje provisto de la lengua original a la lengua meta. Idealmente, los lingüistas se distancian del tema para lograr el mayor grado de objetividad a la hora de reproducir el mensaje. El traductor debe ser capaz de producir una traducción sólida aun cuando su opinión sea opuesta a la que está expresada en el texto. Sin embargo, si el texto original trata de un asunto con el cual el traductor discrepa totalmente y que le impide mantener distancia y ser profesional, entonces debe rechazar el proyecto.
Además, es importante recordar que muchos temas son desagradables o de mal gusto (p. ej., informes de violaciones de derechos humanos). Igualmente la información sobre estos temas a menudo es necesaria para combatir prácticas horrorosas, para investigar crímenes, etc. Los traductores deben evaluar no solo el tema de la traducción sino también su propósito final.
Prácticamente todos los traductores profesionales marcan un límite en traducir textos que describen actividad ilegal, pero cuando el tema de la traducción se encuadra en un área gris en cuanto a sus connotaciones éticas, la decisión de aceptar o de rechazar el proyecto por cuestiones morales queda a cargo del traductor. Dicho esto, las personas que dependen de la traducción para vivir pueden ser un poco más abiertas que aquellas que pueden darse el lujo de rechazar proyectos desagradables porque tienen otras fuentes de ingresos.
Todos los traductores independientes tienen derecho a elegir qué proyectos desean tomar. Si rechazan una traducción, no le deben ninguna explicación al cliente, aunque puede servir informarle al cliente el motivo del rechazo. En muchos casos, el cliente o la agencia serán comprensivos y apoyarán su decisión, pero los traductores deben saber que al rechazar un proyecto, corren el riesgo de perder el cliente.
Si es probable que surjan temas objetables con un cliente en particular, los traductores deben pensar en agregar una cláusula a su contrato con ese cliente, en la que se describan los temas que el traductor se niega a tomar por cuestiones éticas. Otra idea es redactar una declaración de principios que resuma los tipos de texto que el traductor no aceptará por cuestiones morales. Esta declaración se puede enviar a las agencias de traducción o a los clientes directos que buscan contratar los servicios del traductor para dejar en claro los límites desde el principio.
Estoy buscando el codigo de ética del traductor, no se si haya algun marco legal al respecto. ¿Me pudieran ayudar con ello? Soy estudiante de Pedagogía pero me interesa el trabajo de traductor para mi siguiente maestría.Muchas gracias