Reconocer a un cliente tóxico en la industria de la traducción es bastante simple: hay clientes que te hacen sentir mal, que no te permiten conciliar el sueño y que te hacen sentir pavor por el trabajo que normalmente disfrutas.
Es importante identificar por qué un cliente se ha tornado problemático y saber cómo terminar la relación cuando sea necesario. Los clientes tóxicos suelen tener una (o más) de las características a continuación.
Te falta el respeto
La falta de respeto en un nivel inferior puede ser que un cliente no valore tu trabajo, pero sin causarte demasiados problemas. Puede ser, simplemente, una falta de gratitud o que debas escribirle repetidamente para que te confirme que recibió tu traducción. No sentir que tu trabajo es apreciado puede ser muy frustrante y desmotivador.
En el otro extremo, las agencias de traducción y los traductores independientes a veces se topan con clientes groseros que los maltratan. Cuando se cruza esta línea, es difícil seguir trabajando para ellos.
El término medio es un cliente que te estresa y agobia continuamente. Recuerda que, si necesitas tomarte tiempo para relajarte al final del día debido a la forma en que un cliente te trata, esto prolonga tu jornada laboral.
Cuestiona tu trabajo sin fundamentos
Cuando una compañía contrata a una agencia de traducción o traductor con trayectoria, tiene que existir la confianza. Un cliente que constantemente cuestiona tu trabajo sin fundamentos y piensa que puede obtener un mejor servicio con otro profesional, no valora tu trabajo. Aún peor son los clientes que piden a un empleado bilingüe (sin ninguna experiencia en traducción) que revise tu trabajo y confía en sus correcciones exigiéndote revisiones innecesarias.
No respeta tu tiempo
Tu cliente puede no respetar tu tiempo de muchas maneras diferentes. Puede desconocer cuánto lleva completar una traducción y exigirte tiempos de entrega absurdos. Los clientes, en ocasiones, suponen que si eres un traductor puedes traducir miles de palabras de inmediato. Un cliente puede monopolizar tu tiempo, controlando constantemente lo que estás haciendo, cambiando la tarea a último momento o solicitando cambios continuamente. Si tienes varios clientes y uno de ellos ocupa la mayor parte de tu tiempo en relación con la cantidad de traducciones que realizas para ellos, esto es injusto para ti y tus otros clientes.
No paga a término
Las agencias de traducción y traductores tienen boletas para pagar. Un cliente que no realiza los pagos a tiempo significa que no podrás cumplir con tus compromisos financieros. Esto no es una buena práctica comercial. Las condiciones de pago deben ser aclaradas antes de comenzar a trabajar con un cliente nuevo para evitar problemas.
No paga tarifas justas
Los clientes que pagan tarifas bajas no siempre son malos clientes, algunos simplemente no tienen los medios para pagar más. Es, pues, tu elección trabajar con ellos o no. Después de todo, no se trata solo de dinero. Aceptar pequeños proyectos en un tema que te interese por una remuneración más baja puede ser justo lo que necesitas para mantenerte motivado y con trabajo constante. Sin embargo, si aceptas tarifas más bajas, hazlo sin resentimiento y haz tu trabajo con profesionalismo.
El problema real surge cuando una empresa de alto nivel quiere contratarte y ofrece pagarte tarifas irrisorias. Ese es el momento de decir no, ya que no respetan el conocimiento, el tiempo y el esfuerzo que implica el trabajo de traducción.
Cómo finalizar la relación con tu cliente
La conclusión es que, si te sientes incómodo trabajando para un cliente en particular, entonces es hora de plantearte cómo proceder.
El primer paso es pensar en cómo mejorar la relación comercial. Si tus esfuerzos no surten efecto, entonces debes hacer planes para terminar con tu cliente. Es primordial hacerlo cuidando tu reputación.
Si los problemas comenzaron en el medio de una traducción, termina el proyecto. Dejar los proyectos a medias hará que, indefectiblemente, termines de mala forma y hablará muy mal de tus servicios. Recuerda que tus servicios pueden ser contratados de boca en boca y una ruptura con un cliente puede que no sea la mejor recomendación si dejas una mala imagen. Inclusive, si decides no seguir con un proyecto por razones que no sean extremas y piensas que el trabajo le puede interesar a otro colega, no hay mejor manera de salirse del proyecto que recomendando a alguien que pueda finalizarlo. De esta forma, el cliente sentirá que fuiste profesional y que no dejaste el proyecto inconcluso.