Si has estado trabajando como traductor freelance por un tiempo, es altamente probable que hayas lidiado con diferentes clientes. Con algunos habrá sido un placer trabajar mientras con otros te habrás replanteado volver a trabajar en una oficina.
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¿Ya has encontrado al cliente ideal? Y lo que es más importante: ¿Existe realmente el cliente ideal? Puedes preguntar esto a varios traductores y seguramente obtendrás tantas respuestas como profesionales encuestados. Sin embargo, hay ciertas características que comparten todos los clientes ideales.
El cliente con el cual todo traductor probablemente desee trabajar es aquel que te ofrece trabajos en tus áreas de especialización o temas que son de tu interés. Estos clientes ideales tienen un profundo conocimiento de lo que implica traducir. Saben que ser bilingüe no es suficiente; que es necesario conocer el idioma meta en profundidad y que no se traduce “palabra por palabra”. Los clientes ideales son conscientes de que traducir un texto envuelve un trabajo detallado que incluye entender el documento original en su totalidad para, luego, encontrar las palabras justas que transmitan el mensaje del autor. Confían en el trabajo del traductor y en que los cambios de redacción y estructura de una oración no son un capricho sino algo hecho para el beneficio de la traducción.
Cuando los clientes ideales ofrecen un proyecto a un traductor, saben que su documento es uno de los tantos que puede tener el traductor bajo su responsabilidad y, por lo tanto, no esperan que esté listo en tiempos irreales. En cambio, esperan recibir una traducción de excelente calidad y entienden que, en ocasiones excepcionales, pueden ocurrir retrasos inesperados y son lo suficientemente flexibles como para dar al traductor más tiempo para finalizar el trabajo.
Un cliente de traducción ideal sabe que se le debe pagar al traductor por su trabajo y está convencido de que esa es la única manera de asegurarse de la calidad del texto traducido y de que el traductor pueda entrenarse en las habilidades que considera importantes y actualizar el software o equipo con el que trabaja.
Todo traductor quiere trabajar con un cliente que quede tan satisfecho con el documento traducido como para recomendarlo o, inclusive, incluir su nombre en la traducción reconociendo su valiosa contribución.
Cuéntanos cómo es tu cliente ideal. ¿Has tenido la oportunidad de trabajar con un cliente que te ha hecho valorar tu profesión? ¿Cuáles son los pequeños gestos que aprecias más de un cliente?
¡Si, existe! Yo tengo pocos clientes que corresponden al ‘cliente ideal’ y son preciosos. Esos clientes:
– Respectan a mi negocio
– Valoran a mi trabajo
– No discutan el precio
– Son buenos comunicadores (por ejemplo, responden rápidamente al correo electrónico)
– Me dejan un tiempo suficiente para la entrega del proyecto
– Pagan puntualmente
Todo eso contribuye a crear una relación de confianza mutual durable que beneficia a ambos negocios.