Google cierra trato para traducir patentes europeas

Google anunció un acuerdo con la Oficina Europea de Patentes (OEP) para traducir aproximadamente 50 millones de patentes utilizando la herramienta de traducción Google Translate.

El gigante de Internet y las autoridades de la OEP iniciarán una colaboración para traducir patentes a 32 idiomas diferentes. Los investigadores, científicos y otros usuarios podrán buscar patentes en las lenguas oficiales del organismo (alemán, francés e inglés) y traducirlas instantáneamente a idiomas como ruso, japonés o español. Las traducciones automáticas estarán disponibles solo para fines informativos y de investigación; no tienen como finalidad substituir las traducciones oficiales de patentes hechas por traductores profesionales, como requiere la ley.

La OEP concederá a Google el acceso a patentes previamente traducidas, cuyo número asciende a 1,5 millones, sumando 50,000 patentes por año.

Los funcionarios en la Ofina Europea de Patentes esperan que el proyecto esté finalizado para el 2014.

Entrevista al traductor Eric Nepomuceno

Muy a gusto a lo largo de la charla, sin dejar de sonreír mientras se fuma una media docena de cigarrillos, el traductor al portugués de algunas de las obras de Gabriel García Márquez, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Juan Gelman, Juan Carlos Onetti, Antonio Skármeta, Julio Cortázar, Osvaldo Soriano y Juan Rulfo, lanzó sorprendentes suspicacias, como que el verdadero autor de Rayuela no fue Julio Cortázar, sino Astor Piazzolla.

¿Rayuela está íntimamente ligada a la música de Piazzolla?

Ahora mismo estoy haciendo una traducción nueva de Rayuela, la más complicada de todas, por encima de Pedro Páramo o Cien años de soledad. La melodía de Rayuela es puro jazz. Por eso digo que el verdadero autor de ese libro se llama Astor Piazzolla y es muy difícil interpretarlo.

Durante años se empeñó en traducir un cuento de Cortázar…

“El perseguidor” es uno de los diez mejores cuentos del siglo XX. Desde que lo leí en el año 76, le comenté a Julio que quería traducirlo. Es un cuento muy referencial en mi vida. Me sacudió tanto que pasó a ser un cuento mío. No creo que la literatura cambie al mundo, pero puede cambiarme a mí, en la manera en que yo veo el mundo.

Finalmente lo tradujo…

Y gané por primera vez el premio de mejor traducción del año. ¡Fue una sorpresa! No lo creía cuando me llamaron para decirme que estaba entre los finalistas. Yo dije: ‘Pero hay traducciones de Homero, academicistas, algunas dificilísimas’. Y me tocó por “El perseguidor”. Tiempo después con Extraños peregrinos: doce cuentos gané mi segundo Jabuti. El caso me resultó curioso, porque yo sólo quería traducir “El rostro de tu sangre en la nieve”, que es el último cuento del libro. Incluso recuerdo cuando Gabo lo terminó y me llamó para que lo leyera.

¿Qué tan extenuante es traducir?

Es como hacer el amor. Primero da miedo, luego gran alegría, y al terminar se siente uno absolutamente vacío, pero a la vez revivido. Al entregar una traducción me viene una soledad brutal. Me quedo muy melancólico. Diría que es agotador pero gratificante.

En su ponencia confesó lo difícil que fueron las primeras líneas de Memoria de mis putas tristes

Por la dificultad de entrar en la música del texto. No es sólo sentarse y escribir: ‘La noche de mis 40 años….’. Eso cualquiera lo hace. Yo tengo que leer muchas veces el primer párrafo, lo escribo en el papel hasta que finalmente la mano se va. Hay un vuelo interior. Lo complicado es pasar el texto con toda la atmósfera de García Márquez.

¿Cómo le fue con Vivir para contarla?

Gabo y yo somos amigos desde hace treinta y tantos años. Vivir para contarla tenía la apariencia de una sinfonía. El corrector de estilo de la editorial no creía que la primera vez que el Gabo vio el mar hubiera visto miles de gallinas ahogadas. Yo le comenté: ‘Son gallinas y la memoria es de él’. Tanto insistió el corrector, que descubrió la existencia de un pez gallina en aquella región del Caribe. Y concluyó que quizás lo que observó Gabo fueron esos peces que por falta de oxígeno se ahogaron y flotaron en la superficie. Hablé con Gabo y me dijo: ‘Tiene razón el corrector. No eran miles de gallinas, eran seis o siete, pero yo tenía cinco años’. Otra duda fue algo que él llamaba cuaderno de Caleya. Le comenté que no entendía. Y Gabo me preguntó: ¿y qué significa Caleya en portugués?’. Le dije que nada. Y dijo: ‘Qué bien, porque en castellano tampoco. Yo no sé por qué lo puse’.

¿Cómo definir a un traductor?

No soy traductor. Soy un escritor que traduce a sus amigos. Muchas veces la editoriales me piden que traduzca un libro y he dicho que no, aunque sean muy buenos los autores. Yo traduzco a mi universo, a mi mafia, gente que comparte conmigo mi manera del ver el mundo, con quien tengo lazos de afecto o amistad. Lo importante es que el libro me atrape, pero no el intelecto o la razón, sino el alma.

¿Nunca ha traducido alguien fuera de su círculo de amigos?

Hubo un libro que me interesó: Fuego en las entrañas, una novelita corta, muy mala, porno, escrita por Pedro Almodóvar en el año 82. Yo no podía dejarla escapar. Me divertí mucho traduciéndola.

Tradujo a Galeano por primera vez al portugués…

Son 33 años de traducir a Galeano. Él también tradujo algunos cuentos míos. En 1976 salió Vagabundo con un éxito inmediato en Brasil, porque Las venas abiertas de América Latina estaban prohibidas por la dictadura brasileña. Fue muy divertido trabajar con Eduardo. Yo siempre le decía: ‘La última palabra es mía, soy el traductor’. Y él me contestaba: ‘Bien, la última palabra es tuya, pero la primera es mía, que soy el escritor’. Había que negociar con las palabras.

¿En su larga lista de amistades aparece Juan Gelman?

Tres años y medio para traducirle como 30 poemas. Tuve que pedirle a Chico Buarque, que conoce muy bien la obra de Juan, que me ayudara. Él puso los acordes, la armonía que faltaba a la música de Gelman, porque cada libro tiene allegros, scherzos, molto vivaces. La poesía es una pieza para un solo instrumento.

Los diccionarios son objetos cotidianos en su vida…

No existe ningún buen diccionario español-portugués. Existen muy antiguos, no actualizados. Cuando traduzco casi no los uso. Prefiero el diccionario español-español o la pequeña enciclopedia Larousse.

Entrevista realizada por Óscar Jiménez Manríquez, publicada en Milenio Online. Leer entrevista completa.

La traducción de etiquetas de medicamentos en Estados Unidos

En el Senado del Estado de California se está deliberando actualmente sobre un proyecto de ley que exigiría a las farmacias tomar en cuenta “las necesidades de los pacientes con dominio limitado del inglés” al etiquetar los medicamentos recetados. Los errores en la medicación, una de las causas principales de los accidentes médicos, pueden reducirse cuando los pacientes entienden mejor cómo tomar los medicamentos.

Con aproximadamente el 18% de la población estadounidense mayor de cinco años hablante de un idioma que no es el inglés (de acuerdo con las cifras del censo de 2000 en los EE. UU.), los traductores profesionales tienen la obligación de ayudar a los proveedores de atención médica a garantizar traducciones exactas no sólo de las etiquetas de medicamentos recetados, sino también de los materiales instructivos y educativos.

Hay cinco cuestiones principales que continuamente plagan la exactitud de las traducciones médicas y ponen en peligro la capacidad del proveedor de atención médica para comunicarse eficazmente con el paciente.

(1) Niveles de alfabetización y educación: Los textos médicos presentados para traducir a menudo están escritos en una forma sofisticada que la audiencia objetivo puede malinterpretar fácilmente.

(2) Redacción imprecisa: Los errores tipográficos, la puntuación incorrecta o la elección inadecuada del vocabulario en el documento fuente pueden derivar en cambios no intencionales del significado del texto original.

(3) Uso inapropiado de colores: Diversos grupos culturales asignan diferentes significados al mismo color. Por ejemplo, mientras que el rojo señala peligro para muchos hablantes de inglés, en otros grupos culturales, como los chinos, se ve el rojo como símbolo de suerte o felicidad.

(4) Representación de números y fechas: El formato de fechas, pesos y demás información numérica pueden originar confusiones, ya que los distintos grupos lingüísticos escriben esta información en diferentes formas.

(5) Sensibilidades culturales y religiosas: El uso de ciertos términos anatómicos puede ser considerado ofensivo para algunos grupos culturales.

A fin de combatir estos problemas, es importante que los traductores desarrollen sistemas, entre ellos, guías de estilo o glosarios, desarrollados en colaboración con diversos clientes. Además de tener en cuenta las decisiones de estilo, los traductores también deben considerar el nivel educativo de la audiencia objetivo, la ubicación de la población objetivo, el tono formal o informal, los títulos idiosincrásicos, el uso de mayúsculas y la traducción para la Web. Los glosarios deben ser diseñados como documentos activos que crecen y cambian con el tiempo. Garantizan el uso uniforme de terminología entre los documentos y a la vez dan cuenta de las preferencias del cliente.

Las ventajas de un servicio online de traducción al español

Las empresas con un volumen alto y permanente de traducciones a menudo recurren a la contratación de traductores in-house (también llamados traductores de planta) para atender sus necesidades. Sin embargo, mantener a uno o más traductores de tiempo completo presenta distintos desafíos. Trabajar estrechamente con un servicio online de traducción puede ser un método más viable para obtener traducciones en forma oportuna y a un precio justo.

Una de las mayores ventajas de trabajar con un servicio o una agencia de traducción online se relaciona con los beneficios en los costos. La contratación de un empleado asalariado de tiempo completo puede ser costosa, particularmente para una empresa de pequeña a mediana envergadura, en la que los costos se controlan más minuciosamente. Además del sueldo del traductor, es importante tener en cuenta los gastos de beneficios del empleado, licencia por enfermedad, etc. La empresa también debe brindar acceso a las herramientas de traducción necesarias, como los softwares para memoria de traducción y los diccionarios, a lo que se le suma el costo de las licencias.

Algunas empresas tal vez tengan necesidades de traducción frecuentes pero no en un nivel que justifique los gastos y los recursos necesarios para un traductor in-house. En este caso, la contratación de un proveedor de servicios de traducción representa un enfoque excelente para atender las demandas lingüísticas de una empresa.

Una agencia de traducción cuenta con un grupo de traductores calificados y cuidadosamente seleccionados con experiencia profesional y antecedentes en diferentes áreas temáticas. Si un traductor in-house  es muy competente en traducciones técnicas, ¿qué sucede si se debe realizar una traducción legal compleja? El trabajo con una agencia online le brinda a su empresa el acceso a traductores con una amplia gama de especialidades y la flexibilidad que no le podrá brindar un empleado de planta. No es realista esperar que un traductor sea un “superhéroe” y que traduzca de todo.

Por último, utilizar traductores in-house no garantiza traducciones de calidad. Una ventaja importante de trabajar con una agencia respetada de traducción radica en las numerosas medidas de control de calidad implementadas para garantizar un producto final excelente. Los traductores in-house pueden producir trabajos de alta calidad, pero generalmente, se precisa de traductores o empleados adicionales en el proceso de revisión o corrección para garantizar el mejor resultado posible. Al depender de un equipo de traductores u otros empleados para realizar un trabajo, la empresa ya no ahorra dinero al tener un traductor in-house.

Influencia árabe en la Península Ibérica

Artículo publicado en Xornal da Galicia.

Nuestras raíces árabes

Hoy, cuando el mundo vive pendiente de los sucesos en los países árabes, es bueno recordar la gran herencia que estos pueblos han dejado sobre los hispanos.

Si bien el español y el portugués son las lenguas más habladas derivadas del latín, el idioma vivo que más ha influido en ambos ha sido el árabe. El latín, que hoy carece de hablantes nativos, fue hablado en Iberia desde alrededor de 200 AC hasta 400 años DC.

Sin embargo, antes y después de la conquista romana, en esa península se asentaron varios pueblos de lenguas semitas emparentadas o afluentes del árabe. Antes de Roma estuvieron fenicios y cartaginenses y después de 2 a 3 siglos de que los godos germánicos echaran a los romanos de Iberia, esta península pasó a conocer 8 siglos de reinos árabes.

Los moros crearon la primera gran civilización nativa de España. Los cristianos que eran tolerados por el Islam se arabizaron haciendo que ellos hayan sido el único pueblo de lengua latina que haya escrito su idioma en alfabeto árabe y no latino (y, además, con un 40% de sus palabras importadas del oriente).

Si bien la reconquista católica proscribió al árabe y extirpó a todos los musulmanes y judíos, el árabe ha impregnado al español y al portugués mucho más que otras lenguas nativas de Iberia (como celtas o vascos), que las que trajeron los germánicos, que las que se inter-relacionaron con ésta (como las de los incas, aztecas, africanos o asiáticos) o que el inglés (que hoy se escucha en gran parte de los colegios, películas y series de TV).

Es más, el castellano del sur de España se diferencia del norte, así como el portugués del gallego y el valenciano del catalán, en parte debido a que los dialectos meridionales mantuvieron una mayor influencia mora.

Hoy hay más de un millar de palabras claves del español que son de raíz árabe, las mismas que hablamos u oímos cientos de veces al día.

Colocaremos una selección de éstas empezando con palabras que nunca faltan en una conversación como ‘hasta’ o ‘he’, (aunque algunos creen que también deberían incluir a ‘usted’ o ’el’). Cientos de vocablos castellanos que empiezan con ‘al’ (‘él’ o ‘la’ en árabe) comparten ese mismo origen.

Palabras de raíz árabe son lugares donde vivimos como ‘aldeas’ o ‘barrios’; de quienes han construidos nuestras viviendas (‘albañiles’) o varios de sus utensilios de ‘adobe’ (‘alfareros’); de varias de las cosas o materiales que componen éstas como ‘alacena’, ‘alcantarilla’, ‘alfombra’, ‘azotea’, ‘azulejo’, ‘alambique’, ‘alcoba’, ‘almohada’, ‘alquitrán’, ‘adoquines’, ‘banca’, ‘baño’, ‘diván’, ‘laca’, ’latón’, ‘tabique’, ‘enchufes’ o ‘zaguán’, o diversos implementos que usamos en ésta como ‘baldes’, ‘jarras’ o ‘tazas’.

Cuando todos los días ‘almorzamos’ debemos recordar que ese vocablo, al igual que el del ‘aceite’ con el que se cocina y de otras cosas que comemos, son de raíz árabe: ‘aceituna’, ‘acelga’, ‘ajonjolí’, ‘albaricoque’, ‘albóndiga’, ‘alcahuete’, ‘alcachofa’, ‘alcaparra’, ‘alfajor’, ‘alfalfa’, ‘algarrobo’, ‘azafrán’, ‘bellota’, ‘espinaca’, ‘gazpacho’, ‘sandía’, ‘tamarindo’, ‘toronjil’ o ‘zanahoria’. Lo mismo acontece con 3 acompañantes de numerosos platos: ‘arroz’, ‘fideo’ y ‘mazorca’.

Este último es un producto mesoamericano que llegó a España después de que de allí habían sido expulsados los moros. No obstante, se le bautizó con un vocablo de dicha raíz al igual que otras cosas típicas de las Américas como ‘guacamayo’, ‘cerbatana’ o ‘calabaza’.

El Islam tras el nombre de varias de nuestras ciudades

En el 2008 el monseñor Vittorio Formenti, director del Anuario del Pontífice, admitió ante el diario oficial del Vaticano que por primera vez en la historia el Islam había superado a su fe en número de fieles. Según él, todas las variantes musulmanas suman 1,300 millones de seguidores frente a los 1,130 millones de católicos (19.2% y 17.4% de la humanidad, respectivamente). Ciertamente que si a su iglesia se le sumaban otras denominaciones cristianas, éstas llegaban a un tercio de la población mundial.

El allí admitió que la fortaleza de su credo es América Latina. El español y el portugués son las principales lenguas en las que Roma se esparció globalmente y hoy son habladas por la mitad de sus feligreses. Mientras más de la mitad de los musulmanes viven en países que antes fueron colonias británicas, francesas, holandesas o rusas, hay muy pocos mahometanos dentro de los 600 a 700 millones de personas que viven en países de lengua ibérica.

Si usualmente el Islam fue tolerante ante los creyentes de la biblia y las potencias centro-europeas se llenaron de dependencias e inmigrantes musulmanes, Madrid y Lisboa crearon sus imperios proscribiendo al Corán.

Las monarquías española y portuguesa fueron quienes lograron mantener la superioridad del Papa no solo ante el Islam sino ante las disidencias cristianas. Por eso el Vaticano en 1494 en el tratado de Tordesillas dividió al mundo a conquistar entre esas dos realezas.

Estas se convirtieron en la punta de lanza de Roma contra la Meca precisamente porque fueron las únicas naciones occidentales que se forjaron contra la ocupación islámica (la cual duró 8 siglos) y que aún hoy no han podido librarse de tener las lenguas y toponimias de Europa más arabizadas.

Lisboa y Madrid llevan en su nombre la influencia del Medio Oriente. La primera fue llamada inicialmente Olissipo (derivada tal vez de ‘puerto seguro’ en fenicio) y luego cuando los moros la tomaron en el 719 la bautizaron como al-Lixbuna. La segunda provendría de vocablos árabes o mozárabes que significan ‘cauce’ o ‘matriz’.

La principal obra literaria del idioma español es Don Quijote de La Mancha (la cual es una región de Castilla cuyo apelativo viene del árabe ‘la’a Ma-anxa’ o ‘sin agua’).

Del árabe ha salido la toponimia de numerosas ciudades y puntos geográficos de España, desde el peñón de Gibraltar, la puerta del mar Mediterráneo, hasta el mayor pico de Iberia (el Mulhacén, bautizado así por el antepenúltimo rey nazarí de Granada).

América Latina, pese a ser la región del mundo con menos porcentaje de musulmanes, tiene muchas zonas cuyos nombres derivan del idioma del Corán. Esto se puede ver hasta en las partes más interiores y alejadas del Atlántico.

Jaén, la provincia amazónica que Ecuador se la disputó al Perú, viene del árabe ‘jayyan’ (cruce de caravanas). El Guadalquivir (del árabe ‘gran río’) atraviesa Sevilla en España y también Tarija en Bolivia. Esta última es el departamento fronterizo con Argentina del cual ha salido el presidente más electo de dicha nación (Paz Estenssoro), y cuyos pobladores, pese a su sangre quechua, se jactan de ser ‘andaluces’ (de ‘al-Andaluz’, el nombre árabe de España). Guadalajara, la ciudad mexicana donde en 1991 se realizó la primera de las 20 cumbres iberoamericanas, en árabe significa ‘río de piedras’.

La principal plaza de Inglaterra y de la Comonwealth (laTrafalgar Squeare) tomó su nombre de un islote andaluz llamado ‘Taraf al-Ghar’ (el cabo de la cueva).

Siga leyendo en el artículo de Xornal da Galicia las Herencias de la España Islámica.

Escribir y traducir en el espacio ibérico

El escritor portugués Antonio Lobo Antunes (Lisboa, 1942) abrirá el próximo lunes 7 de febrero en el Instituto Cervantes el ciclo de conferencias ‘Escribir y traducir en el espacio ibérico’, en el que seis expertos abordarán la diversidad lingüística de la Península Ibérica.

Los especialistas reflexionarán sobre cómo escribir y traducir desde Portugal, el País Vasco, la Comunidad Valenciana, las Islas Baleares, Galicia y Cataluña. Pasarán revista a la literatura que se escribe en esos territorios y hablarán de su traducción a otros idiomas. PROGRAMA

Lobo Antunes inaugurará el ciclo con la charla titulada ‘Escribir y traducir desde Portugal’. Arantxa Urretabizkaia (San Sebastián, 1947) será la siguiente en intervenir, el jueves 17 de febrero. La escritora y miembro de la Real Academia de la Lengua Vasca-Euskaltzaindia dictará la conferencia ‘Escribir y traducir desde el País Vasco’.

Enric Vicent Soria Parra (Oliva, Valencia, 1958), traductor y profesor, dará su visión sobre la escritura y la traducción desde la Comunidad Valenciana el miércoles 2 de marzo.

Desde las Islas Baleares será la escritora María de la Pau Janer (Palma de Mallorca, 1966), ganadora del Premio Planeta en 2005 por ‘Pasiones romanas’ y finalista del mismo un año antes por ‘Las mujeres que hay en mí’, quien hable el miércoles 13 de abril sobre cómo escribir y traducir desde el archipiélago balear.

Por parte de Galicia intervendrá Marilar Aleixandre (Madrid, 1947), narradora, poeta y traductora que apuesta por el gallego como lengua literaria. Su conferencia tendrá lugar el 27 de abril.

Por último, el encargado de cerrar el ciclo de conferencias el 18 de mayo será el poeta, crítico y traductor catalán Pere Gimferrer (Barcelona, 1945), dos veces ganador del Premio Nacional de Poesía, entre otros muchos galardones.

Fuente: Europa Press

Programa de las conferencias:

Escribir y traducir desde Portugal
Antonio Lobo Antunes
Lunes 7 de febrero

Escribir y traducir desde El País Vasco
Arantxa Urretabizkaia
Jueves 17 de febrero

Escribir y traducir desde La Comunidad Valenciana
Enric Vicent Soria Parra
Miércoles 2 de marzo

Escribir y traducir desde Las Islas Baleares
Maria de la Pau Janer
Miércoles 13 de abril

Escribir y traducir desde Galicia
Marilar Aleixandre
Miércoles 27 de abril

Escribir y traducir desde Cataluña
Pere Gimferrer
Miércoles 18 de mayo

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El devenir histórico del español

En su libro “La andadura del español por el mundo”, el lingüista Humberto López Morales analiza los vaivenes del idioma español a lo largo de su historia y en las más diversas latitudes geográficas. En una entrevista con El Tribuno, habló acerca de la valoración social de los distintos dialectos y sociolectos, del impacto de los avances de internet y los mensajes de texto en los cambios lingüísticos, la realidad actual del español en Estados Unidos y la variedad hablada en Argentina, a la cual no pudo definir “por falta de objetividad, ya que adora a la Argentina”. Sencillo, directo y apasionado, augura un destino más que promisorio para el español. “En el 2050 será el segundo idioma con el mayor número de hablantes en el mundo, sólo estará por debajo del chino mandarín”.

¿Qué lo motivó a escribir esta obra?

El tema era la lengua española. Y yo no he hecho otra cosa en mi vida (o casi) que estudiarla, especialmente en América, desde los principios de mi carrera profesional. Pensé que podría hacer algo diferente, interesante y lleno de nuevos datos. No sé si lo he conseguido, pero he disfrutado mucho escribiéndolo. El término “andadura” me parece estupendo, claro, preciso y lo siento incluso muy elegante.

¿Cómo es la relación entre el español y las lenguas indígenas de América a lo largo de la historia, especialmente el quechua?

Esa historia es larga y variada, desde el encumbramiento de las lenguas indígenas (casi toda la época de cristianización) hasta el olvido e incluso el desdén. No hay más que ver su historia en América y el panorama actual, con una enorme mayoría de lenguas inexistentes ya y muchas otras en inminente peligro de extinción. Hoy se pone más atención y cuidado a la lengua quechua, pero su fragmentación en seis variedades, algunas no siempre comprendidas las unas con las otras, es un factor negativo.

Usted señala que las lenguas indígenas no explican ninguno de los cambios del español en América, ¿a qué se debe esto?

Bueno, es la verdad. Pero aportan las influencias léxicas que compensan el vacío de influencia en otros aspectos de la lengua, como el sintáctico. Se encuentran influencias, desde luego, pero no entre hablantes monolingües de español, a menos que yo sepa.

¿Cuál es la visión que se tiene del español en los claustros académicos de Estados Unidos?

El español está en auge en todas partes, pero muy especialmente en los Estados Unidos. Hay muchos estudiantes, seis veces más que los que estudian francés en ese país, por ejemplo. Las cifras, sobre todo las universitarias, son espectaculares, y lo serán más aún.

En Estados Unidos, el español es relacionado con la minoría latina, discriminada en muchos casos. En ese contexto, ¿cómo es percibido el español por la sociedad en general?

Eso era antes, cuando los hispanos se identificaban únicamente con los inmigrantes más pobres de México y Centroamérica, que en su mayoría, eran aquellos que iban a ese país a recoger tomates a un dólar la hora. Hoy las cosas han cambiado completamente. Hay una gran industria hispana, los medios de comunicación son hoy muy numerosos y consiguen mucho éxito. La demanda de español en las universidades, en constante ascenso, es un dato clave. El hecho de que los bilingües ganen más dinero que los anglos, aun ocupando puestos paralelos, es un dato de extrema importancia para que los hispanos no abandonen el español por el inglés, como hacían antes.

¿Cuál cree que es el futuro del español?

Magnífico. Puede que llegue a ser una lengua hablada por el 10% de todo el planeta. Eso podría ser poco más allá de 2050. Las proyecciones en este sentido son contundentes. Para dicho año, podría ser el segundo idioma con el mayor número de hablantes en el mundo, por debajo del chino mandarín.

Borges y Sabato dialogan sobre la traducción literaria

En el libro “Diálogos: Borges/Sabato”, los dos escritores argentinos discuten diferentes aspectos de la traducción literaria. Abajo transcribimos algunos techos.

Sábato: Recuerdo que también hablábamos mucho de Stevenson, de sus silencios. Lo que calla, a veces más significativo que lo que expresa.

Borges: Claro, los silencios de Stevenson… y también Chesterton, Henry James… no, creo que de James se hablaba menos.

Sábato: Al que le interesaba mucho era a Pepe Bianco.

Borges: Sí, él había traducido The Turn of the Screw. Mejoró el título, es cierto. Otra vuelta de tuerca es superior a La vuelta de tuerca ¿no?

Sábato: Representa con más claridad la idea de la obra. Al revés que con ese libro de Saint-Exupéry llamado Terre des Homme que aparece traducido como Tierra de hombres. Como quien dice “Tierra de machos”. Si hasta parece un título para Quiroga o Jack London. Cuando lo que en realidad quiere significar (además lo dice literalmente) es Tierra de los Hombres, la tierra de estos pobres diablos que viven en este planeta. No sólo ese traductor no sabe francés sino que no entendió nada de Saint-Exupéry ni de su obra entera. Pero a propósito, Borges, recuerdo algo que me llamó la atención hace un tiempo en su traducción del Orlando, de Virginia Woolf…

Borges: (Melancólico) Bueno, la hizo mi madre… yo la ayudé.

Sábato: Pero está su nombre. Además, lo que quiero decirle es que encontré dos frases que me hicieron gracia porque eran borgeanas, o así me parecieron. Una cuando dice, más o menos, que el padre de Orlando había cercenado la cabeza de los hombres de “un vasto infiel”. Y la otra, cuando aquel escritor que volvió hacia Orlando y “le infirió un borrador”. Me sonaba tanto a Borges que busqué el original y vi que decía, si no recuerdo mal, algo así como presented her a rough draft.

Borges: (Riéndose) Bueno, sí, caramba…

Sábato: No tiene nada de malo. Sólo muestra que casi es preferible que un autor sea traducido por un escritor medio borroso e impersonal ¿no? Recuerdo que hace mucho tiempo vi una representación de Macbeth. La traducción era tan mala como los actores y la pintarrajeada escenografía. Pero salí a la calle deshecho de pasión trágica. Shakespeare había logrado vencer a su traductor.

Borges: Es que hay ciertas traducciones espantosas… Hay un film inglés cuyo título original The Imperfect Lady lo tradujeron aquí como La cortesana o La ramera. Perdió toda la gracia. Precisamente alterar de esa forma el título, que es donde más ha trabajado el autor. Cuando eligió uno es porque lo ha pensado mucho. Nadie, ni el traductor, debe creerse con derecho a cambiarlo.

Sábato: ¿Y acaso el título no es la metáfora esencial del libro? Del título podría decirse lo que se ha afirmado de los sistemas filosóficos, que casi siempre son desarrollo de una metáfora central: El Río de Heráclito, La Esfera de Parménides…

Borges: Claro, suponiendo que los títulos no sean casuales. Bueno, y que los libros tampoco ¿no?

Otro momento de la charla:

Sábato: A propósito, ¿conoce la traducción alemana del Neveu de Rameau? Borges niega con la cabeza.

Sábato: Usted sabe que lo tradujo Goethe, ¿no?

Borges: Sí, sí, claro.

Sábato: Pero, ¿sabía que la versión francesa es traducción de esa traducción alemana?

Borges: (Con profunda sorpresa) ¿Cómo? No, no lo sabía realmente. . .

Sábato: Sí, creo que la versión original se perdió y no sé si luego se recuperó. Pero durante mucho tiempo, al menos, la versión francesa que circuló fue la retraducida desde el alemán. Dicho sea de paso, esa obra de Diderot es otro ejemplo de lo que decíamos antes, sobre la pluralidad de las interpretaciones. Lo admiraron a la vez Goethe y Marx, aunque no por los mismos motivos.

Borges: El siglo XVIII francés tuvo la mejor prosa de la historia de la literatura de Francia. Voltaire es admirable.

Sábato: Tenían una gran precisión.

Borges: Y también una gran pasión. Es un siglo estupendo. Yo ahora estoy leyendo bastante literatura francesa de esa época: los cuentos de Voltaire por ejemplo. Leí con entusiasmo Carlos XII, un libro épico.

Sábato: Es curioso lo que pasa con esos enciclopedistas. De nuevo la duplicidad del escritor, entre lo que se proponen y lo que les sale. Diderot, nada menos. Sus obras de ficción son terribles. Es decir, que los demonios, esos demonios que la ilustración proscribe o ridiculiza aparecen en las novelas como una especie de venganza inconsciente de las furias. Cuando más racional se volvía el pensamiento, más se cobraban venganza.

Ver más fragmentos del diálogo

A propósito de este diálogo, el 23 de enero de 2011, el diario La Nación publicó:

Entre los misterios que circulan en torno a la traducción de La metamorfosis , de Franz Kafka, uno de los más citados es la confusión que existe acerca del nombre del traductor oficial de la obra al castellano, que frecuentemente se adjudica y desvincula, al mismo tiempo, a Jorge Luis Borges. El misterio renació cuando Mario Vargas Llosa compró recientemente en Montevideo un ejemplar, traducido por Borges.

Y aunque María Kodama no tiene la clave para resolver la encrucijada, comparte algunos datos. «La versión que yo tengo, que es la que Borges me dio -aunque no tiene que ser la real-, es que él no estaba de acuerdo con el título que le pusieron en español. El quería que lo titularan La transformación y no La metamorfosis, y eso lo enojó. Por eso dijo: «Yo no he hecho la traducción de ese libro», porque, lógicamente, al no recibir el título que él quería, él no se sentía como el que había hecho ese trabajo», cuenta su viuda.

Menos dudas dejó sobre otra intriga, que es la postergación de la reimpresión de los célebres diálogos entre Borges y Ernesto Sabato, que, de acuerdo con una versión, no se concretaba por una supuesta negativa de Kodama. «Yo nunca me opuse a la reimpresión de esos diálogos. El que lo quiera hacer le tiene que pedir permiso a Sabato, y también a mí, pero yo no opondría ninguna resistencia. Además, tengo un recuerdo muy bueno de Sabato, porque él siempre fue muy considerado con Borges, en especial en la etapa final de su vida. Recuerdo que por esa época me encontró en una confitería que está ubicada detrás del hotel Plaza, en Buenos Aires, y me preguntó, con una enorme ternura, por su salud. Y esos detalles no se olvidan fácilmente», concluye.

Nuevo curso de corrección de textos

La Página del Idioma Español ofrecerá próximamente un curso de corrección de texto que abarcará los aspectos morfosintácticos, estilísticos, ortográficos y ortotipográficos de la profesión.

El curso, que se llevará a cabo en la modalidad a distancia, será dictado por la Lic. Claudia Aguirre (Universidad Nacional de Buenos Aires) en una plataforma digital Moodle, diseñada para la docencia no presencial.

El curso estará dirigido a correctores, diplomados o no, así como a personas interesadas en los aspectos técnicos y normativos del trabajo con texto.

Los contenidos están distribuidos en tres módulos totalmente independientes entre sí, por lo tanto el alumno podrá elegir el orden en que quiera hacerlos y decidir si quiere realizar el curso completo o algún módulo en especial. Se ha organizado cada módulo de manera que pueda ser desarrollado en cuatro semanas, no obstante profesor y alumno podrán convenir otro ritmo de trabajo si fuera preciso.

Ver más datos en http://elcastellano.org/cursos.html

Los números en español: cómo escribirlos.

Existen dos sistemas básicos para representar los números mediante signos: la «numeración arábiga», llamada así porque fue introducida en Occidente por los árabes, y la «numeración romana», heredada de los romanos. Además, los números pueden representarse mediante palabras, denominadas «numerales». En la numeración arábiga, cualquier número puede representarse mediante la combinación de solo diez signos, llamados cifras o dígitos: 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9; la numeración romana se basa en el empleo de siete letras del alfabeto latino, a las que corresponde un valor numérico fijo. Debido a su mayor simplicidad, la numeración arábiga sustituyó en la Edad Media al sistema romano, que ya no se emplea en la actualidad, salvo en unos pocos casos. En los textos escritos pueden emplearse tanto cifras como palabras.

1. Uso de cifras o de palabras. La elección de cifras o de palabras en la escritura de los números depende de varios factores: el tipo de texto de que se trate, la complejidad del número que se deba expresar y el contexto de uso. Así, en general, en textos científicos y técnicos es más normal, por su concisión y claridad, el empleo de cifras, y resulta obligado cuando se trata de operaciones matemáticas, cómputos estadísticos, inventarios, tablas, gráficos o cualquier otro contexto en que el manejo de números es constante y constituye parte fundamental de lo escrito. Por las mismas razones de concisión y claridad, en carteles, etiquetas, titulares periodísticos y textos publicitarios es también general el empleo de cifras. Por el contrario, en obras literarias y textos no técnicos en general, resulta preferible y más elegante, salvo que se trate de números muy complejos, el empleo de palabras en lugar de cifras. A este respecto pueden ofrecerse las siguientes recomendaciones generales:

1.1. Se escribirán preferentemente con letras:

a) Los números que pueden expresarse en una sola palabra, esto es, del cero al veintinueve, las decenas (treinta, cuarenta, etc.) y las centenas (cien, doscientos, etc.): Me he comprado cinco libros: tres ensayos y dos novelas; Este año tengo cincuenta alumnos en clase; A la boda acudieron trescientos invitados.

b) Los números redondos que pueden expresarse en dos palabras (trescientos mil, dos millones, etc.): Acudieron cien mil personas a la manifestación; Ganó tres millones en un concurso.

c) Los números que se expresan en dos palabras unidas por la conjunción y (hasta noventa y nueve): Mi padre cumplió ochenta y siete años la semana pasada; En la Biblioteca de Palacio hay treinta y cinco manuscritos.

No es recomendable mezclar en un mismo enunciado números escritos con cifras y números escritos con letra; así pues, si algún número perteneciente a las clases antes señaladas forma serie con otros más complejos, es mejor escribirlos todos con cifras: En la Biblioteca de Palacio hay 35 manuscritos y 135 226 volúmenes impresos, 134 de ellos incunables.

d) En textos no técnicos es preferible escribir con letras los números no excesivamente complejos referidos a unidades de medida. En ese caso, no debe usarse el símbolo de la unidad, sino su nombre: Recorrimos a pie los últimos veinte kilómetros (no los últimos veinte km). Cuando se utiliza el símbolo, es obligado escribir el número en cifras.

e) Todos los números aproximados o los usados con intención expresiva: Creo que nació en mil novecientos cincuenta y tantos; Habría unas ciento cincuenta mil personas en la manifestación; ¡Te lo he repetido un millón de veces y no me haces caso!

f) Los números que forman parte de locuciones o frases hechas: No hay duda: es el número uno; Éramos cuatro gatos en la fiesta; Te da lo mismo ocho que ochenta; A mí me pasa tres cuartos de lo mismo.

1.2. Se escribirán con cifras:

a) Los números que exigirían el empleo de cuatro o más palabras en su escritura con letras: En verano la población asciende a 32 423 habitantes (más claro y de comprensión más rápida que treinta y dos mil cuatrocientos veintitrés). En algunos documentos, como cheques bancarios, contratos, letras de cambio, etc., por razones de seguridad, la expresión en cifras va acompañada normalmente de la expresión en palabras: Páguese al portador de este cheque la cantidad de veinticinco mil trescientos treinta y ocho euros.

b) Los números formados por una parte entera y una decimal: El índice de natalidad es de 1,5 (o 1.5, en los países que usan el punto como separador decimal) niños por mujer. También en este caso, en cheques bancarios, contratos, letras de cambio, etc., la expresión numérica suele acompañarse de la expresión lingüística: Páguese al portador de este cheque la cantidad de mil doscientos treinta y cuatro euros con veinticinco céntimos. El sustantivo cuantificado por una expresión numérica decimal, incluso si esta designa cantidad inferior a la unidad, debe ir en plural: 0,5 millones de pesos (y no 0,5 millón de pesos).

c) Los porcentajes superiores a diez: En las últimas elecciones votó el 84% de la población. No debe dejarse espacio de separación entre el número y el signo %. Hasta el diez suele alternar el empleo de cifras o palabras en la indicación de los porcentajes: El 3% (o tres por ciento) de los encuestados dijo no estar de acuerdo con la medida. El símbolo % debe leerse siempre «por ciento», no «por cien», salvo en el caso del 100%, que puede expresarse en letras de tres modos: cien por cien, cien por ciento o ciento por ciento. No debe usarse el signo % cuando el porcentaje se expresa con palabras (el tres %). Tanto si se escribe con cifras como con palabras, la expresión de los porcentajes debe quedar dentro de la misma línea: 3 / %, tres / por ciento, tres por / ciento.

d) Los números referidos a unidades de medida, cuando van seguidos del símbolo correspondiente: Madrid dista 40 km de Guadalajara; Mañana se alcanzarán los 35 ºC. No se deben escribir en líneas diferentes la cifra y el símbolo: 40 / km, 5 / ºC.

e) Los números seguidos de la abreviatura del concepto que cuantifican: 5 cts. (‘cinco céntimos’), 45 págs. (‘cuarenta y cinco páginas’), 2 vols. (‘dos volúmenes’). No se deben escribir en líneas diferentes el número y la abreviatura: 5 / cts.

f) Los números pospuestos al sustantivo al que se refieren (expresado o no mediante abreviatura), usados para identificar un elemento concreto dentro de una serie: página 3 (o pág. 3), habitación 317 (o hab. 317), número 37 (o núm. 37), tabla 7, gráfico 15, etc.

2. Ortografía de los números escritos con cifras. Para escribir correctamente los números expresados en cifras, debe tenerse en cuenta lo siguiente:

a) Al escribir números de más de cuatro cifras, se agruparán estas de tres en tres, empezando por la derecha, y separando los grupos por espacios en blanco: 8 327 451 (y no por puntos o comas, como, dependiendo de las zonas, se hacía hasta ahora: 8.327.451; 8,327,451). Los números de cuatro cifras se escriben sin espacios de separación: 2458 (no 2 458). En ningún caso deben repartirse en líneas diferentes las cifras que componen un número: 8 327 / 451.

b) Nunca se escriben con puntos, comas ni blancos de separación los números referidos a años, páginas, versos, portales de vías urbanas, códigos postales, apartados de correos, números de artículos legales, decretos o leyes: año 2001, página 3142, código postal 28357.

c) Para separar la parte entera de la decimal debe usarse la coma, según establece la normativa internacional: El valor de π es 3,1416. No obstante, también se admite el uso anglosajón del punto, extendido en algunos países americanos: El valor de π es 3.1416.

d) Las cantidades que tienen como base un sustantivo de significación numeral como millón, millardo, billón, trillón y cuatrillón, siempre que, al menos, las tres últimas cifras de su escritura en números sean ceros, podrán abreviarse mezclando el uso de cifras y letras en su escritura: 327 millones, 3,6 billones, 2 cuatrillones. Son sustantivos, entre otras cosas, porque si se expresa el elemento que cuantifican, este debe ir precedido de la preposición de: 327 millones de habitantes, 2 millardos de dólares. Este método abreviado no es válido para las cantidades en miles, ya que mil no es un sustantivo (la forma sustantiva es millar), sino que forma parte de adjetivos numerales compuestos de dos palabras, en cuya escritura no deben mezclarse cifras y letras; así, no debe escribirse 154 mil personas o 12 mil millones, por la misma razón que no escribimos 30 y siete ni cincuenta y 4. Debe escribirse 154 000 personas, 12 000 millones (o doce mil millones).

e) En la expresión abreviada de los numerales ordinales, se utilizan cifras seguidas de letras voladas. Como corresponde a las abreviaturas, se escribirá punto entre la cifra y la letra volada: 1.º (primero), 2.ª (segunda), 3.er (tercer).

3. Uso de los números romanos

3.1. La numeración romana se basa en el empleo de siete letras del alfabeto latino, a las que corresponde un valor numérico fijo: I (= 1), V (= 5), X (= 10), L (= 50), C (= 100), D (= 500), M (= 1000). Para escribir correctamente un número utilizando este sistema, es necesario tener en cuenta lo siguiente:

a) Aunque en textos antiguos se usaban a veces letras minúsculas para representar los números romanos, hoy deben utilizarse solo letras con forma mayúscula. Cuando se refieran a sustantivos escritos en minúscula, se recomienda escribirlos en versalitas (letras de figura mayúscula, pero del mismo tamaño que las minúsculas): siglo v, páginas xix-xxiii; y en versales (letras mayúsculas de tamaño superior al de las minúsculas), cuando vayan solos o se refieran a sustantivos escritos con inicial mayúscula: Alfonso X, II Congreso Internacional. Cuando los números romanos se usan con valor ordinal, no deben acompañarse de letras voladas: tomo vi.º, II.ª Guerra Mundial.

b) No debe repetirse hoy más de tres veces consecutivas una misma letra; así, el número 333 se escribe en romanos CCCXXXIII; pero 444 no puede escribirse CCCCXXXXIIII; se escribe CDXLIV. No obstante, en la Antigüedad podían repetirse hasta cuatro veces consecutivas las letras I y X.

c) Nunca se repetirá dos veces una letra si existe otra que por sí sola representa ese valor; así, no puede escribirse VV para representar el número 10, porque ese valor lo representa la letra X.

d) Cuando una letra va seguida de otra de valor igual o inferior, se suman sus valores: VI (= 6), XV (= 15), XXVII (= 27).

e) Cuando una letra va seguida de otra de valor superior, se le resta a la segunda el valor de la primera: IV (= 4), IX (= 9), XL (= 40), XC (= 90), CD (= 400), CM (= 900).

f) El valor de los números romanos queda multiplicado por mil tantas veces como rayas horizontales se tracen encima: así, L (= 50 000), M—— (= 1 000 000 000).

3.2. En la actualidad, solo se usan los números romanos, casi siempre con valor ordinal, en los casos siguientes:

a) En monumentos o lápidas conmemorativas, para indicar los años: MCMXCIX (= 1999). Esta costumbre está cayendo en desuso y actualmente es más normal usar la numeración arábiga.

b) Para indicar los siglos: siglo xv, siglo xxi. Se escriben siempre pospuestos al nombre. No deben usarse, en este caso, números arábigos: siglo 21.

c) Para indicar las dinastías en ciertas culturas: los faraones de la xviii dinastía. Se escriben normalmente antepuestos al nombre. Pueden sustituirse por la abreviatura del numeral ordinal correspondiente: la 18.ª dinastía.

d) En las series de papas, emperadores y reyes de igual nombre: Juan XXIII, Napoleón III, Felipe IV. Se escriben siempre pospuestos al nombre.

e) En la numeración de volúmenes, tomos, partes, libros, capítulos o cualquier otra división de una obra, así como en la numeración de actos, cuadros o escenas en las piezas teatrales: tomo iii, libro ii, capítulo iv, escena viii. Se escriben pospuestos al nombre. En muchos de estos casos, pueden sustituirse por las abreviaturas, antepuestas o pospuestas, de los numerales ordinales correspondientes: tomo 3.º o 3.er tomo, capítulo 12.º o 12.º capítulo; e incluso por números cardinales, aunque en ese caso el número solo puede ir pospuesto al nombre: tomo 3, volumen 2, capítulo 7.

f) En la denominación de congresos, campeonatos, certámenes, festivales, etc.: II Congreso Internacional de la Lengua Española, XXIII Feria del Libro de Buenos Aires. Se escriben antepuestos al nombre. Si el número resulta excesivamente complejo, se prefiere, en su lugar, el uso de las abreviaturas de los numerales correspondientes: 78.o Campeonato Mundial de Ajedrez.

g) Para numerar las páginas de secciones preliminares de una obra (prólogo, introducción, etc.), con el fin de distinguirlas de las del cuerpo central: El autor cita a Cervantes en la página xvii del prólogo. Se escriben pospuestos al nombre.

h) Para representar el mes en la expresión abreviada de las fechas.

Fuente: Real Academia Española.